domingo, 14 de diciembre de 2014

Decorando un antiguo Lebrillo de barro

Cuando le dije a mi yaya que iba a recuperar su lebrillo antiguo se le ilumino la cara. Al principio no recordaba de qué pieza le hablaba pero cuando le dije dónde lo habia encontrado enseguida se acordó.

Me gustan mucho todas esas piezas típicas que utilizaban nuestras abuelas antiguamente para cocinar, planchar, fregar.. No sé... esas piezas tan maravillosas que aún conservamos hoy en día: Las planchas de hierro antiguas, Las planchas de carbón, las tablas de lavar, Los antiguos palanganeros...
No hace mucho recuperé un plato enorme de barro que tenia mi abuela en su casa del pueblo. Estaba guardado en el desván lleno de suciedad y sin poder disfrutarlo.
Lo cogí y me lo llevé para darle un buen lavado de cara.
En una ocasión, me dijeron que en Málaga estas piezas se llamaban Lebrillos y que se utilizaban en la cocina para amasar el pan, hacer churros, buñuelos, etc...
En la zona de Extremadura, de donde es parte de mi familia, también se llamaban así y también los utilizaban para fines culinarios, sobre todo en las matanzas, para remover las carnes, lavar las tripas o amasar los embutidos.
El lebrillo era un recipiente tradicional de barro vidriado o de metal, similar a un plato hondo de gran tamaño, también utilizado para usos decorativos o de higiene personal como el lavado de ropa  o de uso domestico para lavar la vajilla.
Fijaos que descripción más bonita hace Pío Baroja sobre el uso del Lebrillo en el Madrid de finales del siglo XIX:

"Todas las tardes algunas vecinas lavaban en el patio, y cuando terminaban su faena vaciaban los lebrillos en el suelo, y los grandes charcos, al secarse, dejaban manchas blancas y regueros azules de agua de añil." Pío Baroja, La Busca (1904).
El Lebrillo de mi abuela tenia un tamaño bastante grande, su boca no era totalmente simétrica, lo que denotaba su elaboración puramente artesanal al igual que la decoración de sus dibujos pintados a mano. Vamos, ¡¡una autentica maravilla!!
Pero estaba muy sucio y había perdido parte del color en sus dibujos. Por lo menos no estaba roto por ningún sitio y, en general, no estaba en malas condiciones.
 
Quería restaurar el Lebrillo para poder enseñárselo a mi abuela cuanto antes. Sólo quería dejarlo bonito y brillante, como antaño y, por supuesto, nunca jamás lo volvería a guardar en el desván.

Primero procedí a limpiarlo con un poco de alcohol. Tenia unas manchas verduscas que, supongo, quedaron allí por que se había pintado el borde del Lebrillo de color verde antes de cocerlo en el horno, por tanto iba a ser casi imposible eliminarlo simplemente con alcohol. Así que, mirándolo detenidamente dije: " Pero por qué voy a quitar uno de los toques que le dan ese  aspecto tan viejito y que tanto me apasiona?"
Así que limpié bien el Lebrillo y sus manchas verduscas las dejé allí, tan antiguas, con su historia, su origen y tan bonitas... Y procedí a repintar los dibujos decorados en el mismo:

Para conseguir un tono parecido al de la pintura inicial mezclé un poco de pintura blanca acrílica con unas gotas de tinte negro para oscurecer y unas gotas de amarillo y verde para encontrar ese tono amarillento que tenia el Lebrillo. Pero a mi me gustaba un poco más claro. Un poco al gusto.

Y comencé a pintar todos los dibujos decorativos con un pincel muy finito. Despacio, con mucha paciencia y con suavidad...
sin goma laca
Una vez secaron los dibujos, procedí a aplicar unas manos de goma laca para que se notase ese efecto vidriado y para darle protección y mucho brillo. 
¿¿Veis la diferencia??
con goma laca
La goma laca es una sustancia orgánica soluble en alcohol que se obtiene a partir de la secreción resinosa de un pequeño insecto rojo llamado gusano de la laca (Laccifer lacca) que habita en lugares del sudeste asiático.
Antiguamente, su utilización más frecuente era para el acabado de las superficies de muebles e instrumentos musicales de madera. Es uno de los tipos de acabado más antiguos que se caracteriza por su secado rápido, protege bien y tiene una larga duración así que, por todo eso, apliqué unas cuatro manos hasta conseguir el resultado perfecto:

Ahora ya está en su sitio, tan brillante y tan precioso.
Mi yaya muy contenta y yo, feliz.
¿Os gusta?

:)

viernes, 14 de noviembre de 2014

Mi nueva mesilla de noche. ¡¡Terminamos mi habitación!!

¿¿Recordais estos muebles??Mi primer trabajo: Armario, cómoda y espejo 
Son los muebles que transformé para mi habitación hace ya por lo menos tres años. Pues bien, por fin ha llegado el momento de terminar la habitación con una fantástica mesilla de noche que, hasta ahora, no había podido preparar.
Siguiendo con el estilo de los muebles de mi habitación, rectos, sencillos y sin ningún tipo de adorno, como a mi me gustan, lo único que he buscado es, en este caso, una transformación radical y muy sencilla para modernizar unos viejos muebles y volver a darles su utilidad.
Llevaba guardando desde hace tiempo una mesilla que tenían mis abuelos en su casa. Calculo que seria de los años 70. La mesilla era el típico mueble confeccionado con laminas y capas de madera.
A ellos les gustaba, y a mi tambien:
La mesilla, evidentemente no iba con mi estilo pero sabia que podía transformarla y convertirla en la mesilla más chula y perfecta para mi habitación.
Comencé lijando toda la mesilla con una lija finita. La verdad es que no hizo falta darle un lijado en profundidad por que era suficiente con un pasada rápida aunque precisa.
Desmonté las patas de madera de la mesilla simplemente desenroscandolas y trabajé solo con la mesilla para mayor comodidad.
Reparé algunas esquinas de los cajones que estaban dañadas antes de comenzar a imprimar y pintar.
Un poco de masilla en unas esquinas, un poco de cola en otras esquinas y poco más:

Con un rodillito muy pequeño comencé a aplicar una primera mano de imprimación para dejarla preparada para pintar. Primero los cajones y después el resto de la mesilla.


Después de aplicar una segunda mano de imprimación y esperar a su secado, continué aplicando la primera mano de pintura.
Recordé que tenia guardado en el trastero aun el bote de pintura gris deacabado sedoso para interioresque utilice para los muebles de mi habitación y fue perfecto porque iba a utilizarlo para terminar el mobiliario de mi habitación. La verdad es que después de casi tres años, allí estaba el bote, con la cantidad justa para terminar la mesilla.
Con el rodillo pequeño apliqué la primera mano de pintura.


Los tiradores los conservé por que me parecían originales y chulos. Los imprimé también y los dejé para el final.
Cuando secó la pintura apliqué la segunda mano y ya me parecía tan preciosa...
Una vez secaron los cajones y el resto de la mesilla, comencé a forrar los cajones con papel para pared que tenia guardado y que combinaba a la perfección.

                         

Poco a poco iba pegando todas las caras del cajón con mucha precisión. Los restos de papel los corté con mucho cuidado con un cutter hasta que quedaron perfectos. 

 Fijaos:

Por último, pinté los tiradores con una pintura para metales color plata para que quedasen modernos y siguiesen el estilo de la habitación. Así no tuve que cambiarlos por unos nuevos y quedaron geniales!! 

Coloqué una patas modernas color aluminio y por fin tenia mi mesilla de noche terminada!
                                      
Siguiendo con el estilo de mis muebles, rectos, sencillos y sin adornos...

miércoles, 15 de octubre de 2014

Pequeña radio antigua

Una de las cosas que quiero conservar de mis abuelos es la radio antigua que me hace recordar esas tardes en su casa donde sonaba esa sintonía tan peculiar que ellos escuchaban sin fallar ni un solo día. Tan tranquilos... Sabían perfectamente que emisora sintonizar en cada momento y siempre recuerdo esa música tan de su época que tanto les gustaba.

Entonces hace poco la volví a ver allí, en su casa y decidí llevármela para darle el lavado de cara que necesitaba. Sólo quería volverla a escuchar como antes... y tan bonita como siempre.

Realmente la radio no estaba muy dañada. Solamente había perdido parte del barniz, estaba bastante sucia y golpeada por algunos sitios.
Empecé eliminado los restos de barniz y decidí dejarla como era originariamente por que eso seria lo mejor.
Me llevó sólo unas horas por que únicamente elegí un barniz color nogal para oscurecerla un poco y darle brillo y poco más...


La limpié bien, arregle la tapa de la parte de atrás que estaba dañada y procedí a barnizarla sin pensármelo dos veces.

Aplique una primera mano pero me gustaba más oscura:
Y le dí hasta tres manos y este fue el resultado:




Trabajo rapidísimo, fácil y bonito, no?
Ahora podré llevársela de nuevo para que vuelvan a escuchar esa música que tanto les llena de alegría y ellos felices.

viernes, 29 de agosto de 2014

Tapizando y modernizando: De unas sillas viejas a unas sillas muy retro

La historia de estas sillas la recuerdo como si hubiese sido ayer mismo... 
Un día iba paseando con mi amiga Tati por nuestro barrio y al pasar por una calle por la que habia pasado, como mucho, dos veces en mi vida, vimos dos sillas viejas de los años setenta abandonadas en la calle. Estaban sucias pero, a simple vista, la madera no estaba en malas condiciones. Así que, ni nos lo pensamos... Cogimos una silla cada una y nos fuimos pensando cómo las podíamos transformar.
Eran viejas, estaban sucias, el tapizado estaba muy deteriorado y los muelles del asiento estaban dañados y rotos, lo que hacían que las sillas fuesen muy incomodas.
Fijaos como eran y como estaban cuando las encontramos:


Según miraba las sillas, ya sabia perfectamente lo que iba a hacer. Iba a ser un cambio radical.
Lo primero que hice fue quitar el tapizado viejo y desmontar las sillas para comenzar a decaparlas. Tenia que ver lo que me iba a encontrar...

Lo peor de desmontar todo el tapizado viejo era que tenia que quitar muchas puntas. La silla estaba fantásticamente bien tapizada pero no sé cuantos clavitos llegué a quitar. Utilicé una pata de cabra para hacerlo de manera fácil y rápida. 
La pata de cabra es una herramienta que se utiliza, entre otras cosas, para quitar clavos y tachuelas o levantar tejidos que están clavados o grapados en un mueble cualquiera.
Gracias a esta herramienta no tardé mucho en desmontar el tapizado de toda la silla.

Una vez desmontada la silla, continué decapando cada una de las partes de la silla eliminando el barniz que tenia y la verdad es que quedaron todas las piezas muy limpias. Después volví a montarla para comenzar a sellarla con una imprimación blanca y dejarla lista para pintar. También encolé algunas partes para que quedase más reforzada.
Encontré una tela muy chula e ideal para el diseño de estas sillas setenteras y para que quedase perfecta. En cuanto vi esa tela pensé rápidamente en una persona muy especial para mi.
Por eso, una vez que tenia la tela, sólo faltaba elegir la pintura para la silla. Esta vez elegí una pintura acrílica negra satinada que iba a quedar genial!
Aguantad hasta el final...
Tapé con un poco de masilla blanca los agujeros que habían quedado al quitar los clavitos para retirar el tapizado del respaldo. Tenia que dejar el respaldo como nuevo por que esta vez que no iba a tapizarlo.
Una secó la masilla, imprimé el respaldo y posteriormente apliqué un par de manos de pintura negra satinada.



Una vez secó bien la pintura, empecé con el tapizado. 
Elegí una tela Retro especialmente para una persona muy importante en mi vida: mi querida amiga Ana. 
Eran ideales para ella por que era totalmente su estilo y sabia que le iba a impresionar.  Y también pensé en las fechas: Si, iban a ser su regalo de cumpleaños y, al mismo tiempo, su primer mobiliario para su futuro hogar. Creo que se iba a sorprender por que ni se lo imaginaba.
Decidí tapizar sin muelles y hacerlo con espuma y guata.
Comencé colocando unas tiras de cincha elástica de unos 4cms de ancho bien tensa para colocar posteriormente la espuma y la guata y, finalmente, la tela. 
La cincha elástica se coloca en la parte superior del bastidor del asiento. Primero grapé un extremo de la cincha con tres grapas, la tensé bien y grapé el otro extremo. Las tiras de cincha se van colocando contrapeadas y cada una debe estirarse aproximadamente un 10% de su longitud y dejando una separación entre ellas de unos 4-5 cm.

Después de colocar la espuma, de unos 5 cms de grosor, y la guata, (olvidé hacer fotos...como siempre...) comencé a colocar la tela.
Como eran dos sillas elegí de la misma tela, dos dibujos distintos... Vereis lo que quiero decir al final...
Comencé con la parte delantera de la silla grapando desde el centro hacia los laterales, dejando una pequeña separación entre grapa y grapa. 
Hice lo mismo con la parte trasera de la silla, estirando bien la tela para que quedase bien tensa. Y después lo mismo con los laterales. 

Lo más complicado para mi fueron las esquinas, como siempre, por que tenia que intentar que la tela quedase bien doblada de tal manera que fuesen lo más perfectas posibles.



Por  ultimo, coloque una sencilla cinta negra en los bordes de las sillas para evitar que se viesen las grapas. Un poco de adhesivo de contacto, un poco de cuidado y... ¡¡terminado!! 

.... ¡¡¡Et Voilà!!!
¿Qué os parece el cambio? ¿Os gusta? 


 
¡Ah! Para aprovechar bien todo el dibujo de la tela y para darle un toque más original, utilicé, para una silla, el diseño de la tela centrado en el disco de vinilo y para la otra silla centré el diseño de la cinta de cassette.


Por cierto, una cosa más: 

Feliz cumple, querida. ¡¡Disfrutalas!!