lunes, 18 de marzo de 2013

Una única percha para mi habitación...

Llevaba algún tiempo buscando un perchero que fuese pequeño y  muy sencillo para colocarlo en uno de esos ángulos raros que tiene mi habitación.
Y en uno de esos ángulos sabía que era el lugar ideal por que parecía un espacio en principio perdido  pero perfectamente aprovechable entre el armario ropero y la pared.
Y entonces no encontré un perchero sino una percha muy, muy chula que me recordaba a aquella época tan añorada  del colegio cuando llevábamos esos babis, con nuestros nombres cosidos por mamá, tan monos  y siempre colgados en sus perchitas cuando llegábamos por las mañanas y que allí los dejábamos de nuevo al salir de clase...
La percha era algo antigua. Yo creo que sería de los años 70 aunque nadie me ha sabido decir aún a quién perteneció en su momento.
Y esa percha sólo necesitaba un pequeño arreglo y, sobre todo, un pequeño toque moderno con un gran cambio de color:
Este trabajo sabía que  me llevaría muy poco tiempo y sería muy sencillo.
Lo primero que hice fue desmontar la percha para, por un lado, poder limpiarla a fondo y eliminar el óxido y la suciedad que tenia después de tanto tiempo y, por otro, para tratar y arreglar la madera aunque, realmente, ésta no estaba demasiado dañada:

Para limpiar la percha solamente utilicé una mezcla de aceite de linaza y aguarrás y ayudándome con un trocito de lija de agua empapada con la mezcla, froté poco a poco hasta eliminar toda la suciedad, que era mucha, y sobre todo, eliminando al mismo tiempo el óxido que cubría prácticamente toda la percha.
Frotaba con la lija un poco empapada con la mezcla, pulía la zona con lana de acero y después retiraba los restos con un trapo.
Una vez limpia y, sin nada de óxido, empecé a arreglar la madera.


Para arreglar la madera donde iba atornillada la percha primero intenté quitar la lámina que la cubría pero al no conseguir quitarla en su totalidad lo que hice fue aplicar una capa de masilla para igualar toda la superficie y utilizar también ésta para tapar cualquier agujero o desperfecto que tuviese la madera.


Una vez secó la masilla (solamente tardó unos pocos minutos), le di un lijado rápido  a toda la madera para eliminar cualquier imperfección y dejar completamente alisada toda la superficie.
Posteriormente apliqué una mano de imprimación sobre la madera para que hiciese las veces de selladora.
Una vez que ésta secó, aproximadamente una hora, lijé de nuevo con un poco de lana de acero para suavizar la zona  y dejarla perfecta y lista para pintar.

Siempre suelo pedir opinión de, prácticamente, todo lo que restauro o de cualquier proyecto, y en este caso, siguiendo el consejo de mi querida meuf, decidí pintar la madera con un esmalte sintético negro y la percha con una pintura de color gris perla que tenia guardada y que seguramente ya habría utilizado para pintar alguna pieza de mi habitación. De ésta manera se trataba de resaltar la percha  con éstos colores.
Y es que cada vez me gusta más en color gris en cualquiera de sus tonos. Yo creo que para el lugar que tenía reservado en la pared de la habitación, con esos  colores quedaría perfecta.


Para aplicar este tipo de pinturas, lo aconsejable es dejar un tiempo de secado de unas 4 horas y repintar a las 24 horas.
Una vez seco, volví a montar la percha con 4 tornillos nuevos y ya estaba lista para colgar en la pared:

 

Ahora, mi percha estaba protegida, nueva, moderna y lista para decorar otro espacio de mi habitación. Algo sencillo. Algo fácil.

!!Es perfecta¡¡

2 comentarios:

  1. muy bien sonia ahora la percha parece moderna te a quedado muy bien
    felix

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  2. Gracias Felix!!!!! Me alegro mucho que te guste!! La percha necesitaba un pequeño cambio..

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