sábado, 2 de mayo de 2015

Tapizando y modernizando unas sillas monumentales

Creo que me estoy aficionando mucho al tapizado de sillas en general. Me gustan dar un cambio radical y moderno a unas sillas viejas. ¿Recordáis?: Transformando aquellas sillas retro  o Tapizando sillas para el salón y aprender y restaurar viejas sillas de enea: Sin olvidar un oficio artesanal: las sillas de enea.

El siguiente proyecto iba a ser un reto muy chulo. Me trajeron tres preciosas sillas con un estilo muy elegante y de madera maciza. Eso si, muy viejas y dañadas.
Lo de estas sillas ya era de traca. La madera estaba muy, muy dañada por el agua y el sol. La madera estaba muy agrietada y el barniz prácticamente levantado. El tapizado estaba estropeado y tenía que levantarlo para ver qué nos íbamos a encontrar debajo. La verdad, es que no sé donde estuvieron estas sillas pero eran un desastre:


Lo primero que hice fue desinfectar bien cada silla. Primero levanté el viejo tapizado y después las comencé a limpiar con agua y lejía. Sobre todo para eliminar el posible moho que pudieran tener.
Después, con una espátula y una lija comencé a preparar toda la madera.
Antes de comenzar con la pintura encolé bien las sillas por que lo necesitaban muy urgentemente:


Para la pintura de las sillas, elegí un color gris oscuro que tanto me apasiona. Me apetecía darle un toque elegante pero moderno y además, tenia la tela perfecta para esa pintura y para esas sillas.
Cuando la silla estaba completamente decapada comencé a pintarla con la técnica del tamponado. Esta vez no utilicé ni brocha ni rodillo pero sabia que de este modo me iba a llevar mas tiempo.

Simplemente con un trocito de espuma para tapizar iba pintando la silla a modo de tampón poco a poco y muy suavemente.
Se trataba de ir cubriendo toda la madera hasta conseguir un efecto aterciopelado y un acabado perfecto.
Lleva más tiempo por que hay que ir más despacio y cubriendo bien toda la madera. 
Para hacer la mezcla utilicé una imprimación blanca y un esmalte al agua de color negro y así utilizaba la primera mano para imprimar al mismo tiempo que pintaba la madera.
Finalmente, apliqué tres manos de pintura en cada silla y el resultado fue bastante positivo.


Me encanta esta técnica por que además de conseguir un acabado perfecto, como aterciopelado, en este caso pude resaltar las vetas de la madera y quedaba súper chulo. Las capas de pintura son mucho más finas que aplicada con paletina o rodillo.
De este modo, las sillas no perdían ni la esencia ni la belleza de la madera.




Estas sillas tenían como asiento un tablón de madera de aglomerado bastante dañado. Corte tres tablones nuevos de unos 2 cms de grosor y listo.
Esta vez no utilizaríamos cincha como en otras ocasiones.

Elegí una espuma con un grosor de entre 6 y 8 cms para que el asiento quedase con una altura perfecta y sobre todo, que al final fuese muy cómodo. Una vez colocada la espuma, coloqué la guata y la tela. 
Espuma, guata y tela. El mecanismo de siempre y a grapar.

Cuando vi esta tela me enamore al instante. Sabia perfectamente para qué sillas y para qué pintura iba a utilizarlas. La tela tenia unos detalles muy modernos y con un pequeño toque de color, como a mi me gusta y sabia, sin dudarlo, que quedaría perfecta en estas sillas y que estas quedarian perfectas en cualquier espacio.
Rematé la parte de atrás del asiento con tela negra para dejarlo curioso:


Et, Voilá!! Este es el resultado:

La verdad es que la tela dio mucho juego por que conseguí cuadrarla para que cada silla quedase tapizada con monumentos distintos. ¡Una chulada!

Ahora solo queda buscar un pequeño espacio para ellas. ¡Ahora están perfectas!
¿Qué os parece el cambio?

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