domingo, 8 de julio de 2018

Mucho glamour para los viejos sillones y la pequeña descalzadora

Cuando llegaron a mis manos estas tres piezas tan chulas ya sabía lo que necesitaban. Mi amiga Carmen y yo sabíamos el potencial que tenían y eso nos volvía locas.
Esta vez íbamos a trabajar juntas porque me apetecía que nos enfrentáramos a este reto ya que lo íbamos a disfrutar como niñas.
Eran dos silloncitos un poco viejos pero muy originales que conseguí por casualidad y un asiento tipo descalzadora también muy viejo que me trajo el papá de una amiga porque sabía que me haría mucha ilusión darle una segunda oportunidad. En general, eran piezas muy pasadas de moda pero que estaban en buenas condiciones. Realmente sólo necesitaban un cambio urgentemente. En definitiva, conseguir hacerlos bonitos y volverlos a amar.


Era un conjunto de tres piezas que podían encajar a la perfección en un pequeño espacio del hogar mucho más modernizadas y bonitas. Si las miraba así, eran muy muy horteras pero en mi mente ya las podía ver completamente transformadas y súper chulas. ¡Es que iban a parecer otras completamente distintas!.

Comenzamos desmontado la tapicería vieja de las tres piezas  y quitamos los asientos y el respaldo de los sillones para que fuese más cómodo trabajar.

Comenzamos a decapar las sillas y la descalzadora porque ya teníamos en la cabeza el color que íbamos a aplicar. 
La verdad es que se decapaba bastante bien y conseguimos dejar la madera limpia y prácticamente virgen para prepararla y darle el color perfecto. Yo estaba impaciente por empezar a pintar.
Como siempre, doble mano de imprimación y la pintura lista para comenzar el cambio.
Esta vez elegimos una pintura al agua color rojo amapola súper chulo que era perfecto para la tela que ya habíamos elegido previamente para tapizar. ¡Iba a quedar muy alegre!


Et voilá!!

Antes os comentaba que la pintura era ideal para la tela que ya habíamos elegido... Bueno, en realidad, mi tía Charo, que es genial,  sabe perfectamente cuales son mis gustos y lo que necesito en cada momento, así que, desde la distancia y prácticamente sin preguntar se encargó de conseguirme la tela que os voy a enseñar más adelante. Era tan perfecta... yo me enamore en cuanto la vi.

Entonces comenzamos a tapizar los tres asientos y dejamos los respaldos de los sillones para el final por que nos iban a llevar más trabajo por su forma...
Las espumas y la cincha de las tres piezas estaban muy deterioradas y listas para ser sustituidas, claro. Elegimos una densidad media-alta de la espuma para los asientos porque así iban a quedar perfectos y súper cómodos.
Este proceso ya lo hemos visto en otros proyectos como De unas sillas viejas a unas sillas muy retro o Unas modernas sillas de estilo clásico o Un gran sillón descalzadora para la pequeña habitación
No se si os lo he dicho pero lo que más me gusta a la hora de tapizar es colocar la cincha. Me gusta mucho la simetría que forman al poner las tiras y, por supuesto, su colocación es vital para que los asientos queden bien asegurados.
Esta vez, utilizamos una cincha elástica de unos 5 cms de ancho que era perfecta para los tres asientos



Dejadme que os los enseñe al final todo!!

Desmontamos los respaldos y pasamos un buen rato quitando las "mil quinientas" grapas y las tachuelas bronceadas que tenían. La verdad es que las sillas estaban súper bien tapizadas. Solo esperaba que nos quedasen la mitad de bien que estas.



 
Lo que hicimos fue tapizar los respaldos en dos piezas. Comenzamos por la parte delantera y con mucha paciencia fuimos grapando y tensando poco a poco. Para la parte de atrás utilizamos otro trozo de tela pero esta parte ya era más sencilla.

Después de tapizar los respaldos y montar los sillones de nuevo, solo nos faltaban los remates finales.

Teníamos que disimular las grapas donde se juntaban las dos piezas de tela del respaldo. Para ello utilizamos una sencilla pasamanería como esta que encontré por casualidad en color gris y que nos enamoró al segundo. 
¿Qué os parece?






Para colocar la pasamanería utilizamos adhesivo de contacto y poco a poco íbamos pegándola alrededor de toda la parte de atrás del respaldo.




Fijaos cómo eliminamos las tachuelas de todo el respaldo para rematar con la pasamanería gris que encajaba perfectamente con los tonos de toda la tela.
Era muy sencillo y rápido ya que solamente con un poco de adhesivo de contacto íbamos rematando toda la parte de atrás del respaldo.






Y con mucho trabajo y mucha satisfacción, terminamos las tres piezas listas para alegrar y ocupar ese rincón de su nuevo hogar.
La verdad es que el cambio ha sido interesante y merecido. Y efectivamente, los motivos de la tela eran puramente Hollywoodienses que a mi me chiflaban tantísimo. 
Ahora las piezas están tan bonitas y modernas con ese toque tan vintage que van a enamorar si o si.
Aquí las tenéis...





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