Una
vez vi en una zapatería en algún lugar que no consigo recordar que los asientos donde la gente se
probaba los zapatos eran pufs forrados de tela vaquera.
Me llamó tanto la
atención que dije: «Yo tengo que
tener uno para mi casa».Y, dicho y hecho. Bueno, casi...
Encontré
una descalzadora guardada en el tratero, supongo que de los años 70 y de mis abuelos que me parecía
perfecta para modernizarla un poco. Lo que olvidé por un momento es que nunca había tapizado nada de nada. Pero no me importó.
Por la tela vaquera, ningún problema.
Desgraciadamente, siempre acabo rompiendo los vaqueros por el mismo sitio y muy rápidamente.
Y siempre me ha molestado deshacerme de ellos sin poder darles otra utilidad.
Y siempre me ha molestado deshacerme de ellos sin poder darles otra utilidad.
¡¡Así
que guardé tres distintos para hacerlos pedazos de verdad!!
Lo
primero que hice fue cortar las piezas más interesantes de los vaqueros:
bolsillos traseros, cinturilla y la parte de la cremallera y luego corté
varios trozos de la parte de las piernas de distintos tamaños para después poder unir
todo como si se tratase de un puzzle.
Como tenía tres pantalones distintos, el contraste al unir todas las piezas era más chulo porque resaltaban los diferentes tonos de color vaquero y variaba también el tipo de tela. ¡Así me pareció más original!
Cuando elegí cómo quería que fuese el diseño de la tapicería, comencé con el montaje de las piezas, cosiéndolas una por una, hasta conseguir un tamaño de tela lo suficientemente grande como para tapizar toda la descalzadora.
¡Ojo! para coser la tela vaquera aseguraos de utilizar las agujas correspondientes para la
máquina de coser y sobre todo para coser las partes más duras del vaquero como
los bolsillos y, sobre todo, la cinturilla. Yo lo conseguí gracias a la ayuda de mi hermana
que, como diseñadora que es, al confeccionar su propia ropa, ella controlaba perfectamente esos
detalles a la hora de coser la tela.
Para comenzar a tapizar la descalzadora, quité las patas de la misma, simplemente desenroscándolas, para trabajar más cómodamente.
Y empecé a tapizar. Siempre desde la mitad de la descalzadora hacia los lados. Por la parte de abajo clavé una grapa en la mitad de la descalzadora y fuí avanzando hacia los laterales, poniendo grapas cada 2 ó 3 cms. Poco a poco iba grapando cada lado tensando mucho la tela para que quedase lo más estirada posible.
Me resultó un poco más complicado doblar la tela en las esquinas para que quedasen rematadas y un poco curiosas. Al final lo conseguí.
Para terminar, añadí tela vaquera bien estirada que grapé por la parte de abajo de la descalzadora, cada 2 ó 3 cms, para que quedase perfectamente rematada y volví a enroscar las patas.
Para ser la primera que he tapizado, el resultado es bueno. No es un puf pero ¡me gusta!
Es una manera de reciclar unos viejos vaqueros y sobre todo darle un poco a la imaginación. Con una idea muy sencilla podemos crear algo muy chulo y util.
¿Qué os parece?
¡¡Qué original!!
ResponderEliminarGracias!!!
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