A mis abuelos siempre les gustaban mucho las Romerías que se hacían en su pueblo. Eran muy felices y disfrutaban muchisimo. La Romería mas importante, la Jira, siempre se celebraba el lunes de Pascua a la entrada de la Dehesa.
Todos los vecinos pasaban el día en el campo y allí preparaban su comida, el frite de cordero, por ejemplo, y ofrecían su bebida, como el vino de pitarra o algún tipo de ponche típico hasta que comenzaba a anochecer.
Todos los vecinos pasaban el día en el campo y allí preparaban su comida, el frite de cordero, por ejemplo, y ofrecían su bebida, como el vino de pitarra o algún tipo de ponche típico hasta que comenzaba a anochecer.
Mi abuela siempre me recordaba la canción que cantaban antiguamente cuando terminaban de comer y regresaban de su romería:
...Ya venimos de la Jira
de comernos el borrego
Si no lo queréis creer
aquí traemos los cuernos...
de comernos el borrego
Si no lo queréis creer
aquí traemos los cuernos...
Y entonces encontré guardado en la alacena de la casa del pueblo una antigua canasta de mimbre que utilizaba mi abuela para llevar la comida a sus Romerías durante muchos años.
Estaba sucia y había perdido su brillo por el paso del tiempo. Tenia algunos arañazos pero, en general, estaba en muy buenas condiciones.
Necesitaba una buena limpieza y una buena protección para que tuviese aun mucha vida.
Tanto por
dentro como por fuera estaba sucia, pero bastó solamente un poco de agua caliente y jabón y un cepillo pequeño. Froté bien para eliminar cualquier resto de suciedad y
polvo y deje secar muy bien.
Limpie y elimine el óxido de las tachuelas y las saqué brillo frotando con un poco de lana de acero.
¿Veis la diferencia en las fotos?
Ahora estaba limpia y lista para comenzar a proteger todo el canasto.
Simplemente apliqué varias manos de barniz incoloro satinado para dejarlo protegido y perfecto.
La primera mano la reduje con un poco de diluyente para que hiciera las veces de tapaporos. Respeté el tiempo de secado y apliqué dos manos más de barniz para dejarlo protegido y con mucha vida:
Fijaos que cambio ha dado con una simple limpieza, un poco de protección y muy poco tiempo. Grado de dificultad, nulo y resultado, fantástico.
Ahora ya la tienes es ese rinconcito privilegiado de la casa.