lunes, 27 de julio de 2015

Un gran sillón-descalzadora para la pequeña habitación

Esta pieza apareció delante de mis narices aquella mañana cuando iba a recoger el coche para irme a trabajar. Y es que una de las peores cosas que llevo en esta vida es madrugar. No puedo, os lo juro, es superior a mi, mi cabeza no reacciona y tengo tanto sueño que creo que llego al trabajo por inercia. Pero tengo que hacerlo... toodas las mañanas... :(
Y es que a veces, tengo que agradecer esos momentos si de repente aparecen cosas tan alucinantes como esta que os enseño aquí:


Era un hermoso sillón de madera maciza con un asiento enooorme de enea, pero totalmente destrozado, y con su respaldo de cuero negro. Era una buena pieza de cuero, un poco sucia pero muy bien cuidada.
Y es que lo vi al segundo; Quería y me faltaba una gran descalzadora para la pequeña habitación. Así que, lo cargué en el coche y llegue al trabajo con una sonrisa de oreja a oreja por que ya veía el resultado en mi cabeza...

Ahora me río por que recuerdo que cuando enseñé el sillón la primera vez a algunos amigos y antes de que lo viesen, les dije muy emocionada: "...es un hermoso sillón de madera maciza, con un asiento enoorme de enea y un respaldo de cuero, suuuper chulo...!!" al verlo, me miraban como diciendo: "hombre, bonito, bonito... como que no..."
Y cuando ese sillón entró por la puerta de mi casa, directamente fui a buscar el espacio donde iba a ir y... era perfecto...
Rápidamente me puse a trabajar en este proyecto por que no podía esperar...
Eliminé todo el asiento de enea para comenzar a limpiar bien la silla. La desinfecté bien y retiré la pieza de cuero con cuidado para tratarla, limpiarla y volver a colocarla posteriormente.
Y comencé a decapar toda la madera. El barniz de la silla, la verdad, es que no estaba muy dañado y salia muy bien con la cuchilla de carpintero. La madera en general estaba en perfectas condiciones y lo que más me gustaba era el tamaño del asiento del sillón. ¡¡Era alucinantemente grande!!


Sin olvidar un rápido lijado de toda la silla una vez decapada y bien limpia, le apliqué una buena mano de imprimación blanca para dejarla lista para pintar. Esta vez, elegí una pintura acrílica de color naranja mandarina que oscurecí un pelín para que quedase un tono más apagado y que iba a ir genial con la tela que iba a utilizar para el asiento y, en general, con la habitación.                                         
Volviendo al asiento, no me canso de decir que las sillas de enea son una autentica pasada. ¿Recordais? Sin olvidar un oficio artesanal: las sillas de enea . A mi me sigue alucinando este oficio y seguiré perfilando esta técnica y restaurando unas cuantas sillas de enea más pero en esta ocasión, el asiento de este sillón era tan grande que me enamoró. Aproximadamente medía unos 65x50cms y, además, pensandolo fríamente,  iba a necesitar muchos metros de enea para restaurarlo, por tanto decidí tapizarlo con una tela chula en lugar de volver a restaurar.

Para empezar a tapizar el asiento, grapé las tiras de cincha elástica de 6 cms y utilicé espuma de 8 cms de grosor con una densidad de 30 para que quedase un pelín durita. El proceso es el mismo que en otras sillas que ya hicimos y que también queradon super chulas,  De una viejas sillas a unas sillas muy retro. Cincha, espuma, guata y tela.

Elegí una tela muy moderna y con detalles muy psicodelicos donde se combinaban los tonos naranjas y marrones que tanto me gustan.
De esta manera, modernizaríamos la descalzadora de una manera sencilla.


Por último, solamente nos faltaba arreglar el respaldo. Estaba muy sucio pero la pieza estaba en perfectas condiciones y tenía que aprovecharla. 
Para limpiar el cuero utilicé espuma de jabón y poco a poco fui eliminando todo tipo de suciedad.
Una vez limpia, utilicé un tinte marrón oscuro para teñir el cuero, por ejemplo un tinte para teñir los zapatos. Apliqué un par de manos y volví a colocar el respaldo en la silla. 
El color del asiento ahora era un marrón chocolate super chulo!

Un poco de paciencia con las esquinas...

 
Definitivamente, este tipo de trabajos me motivan mucho por que al final el resultado es muy positivo, quizás por que el cambio es tan radical que eso es lo que más me gusta y me impresiona.
Al volver a enseñar el sillón a mi gente, ahora dicen: "Es muuy bonitoo!!"... Y les digo: "¿Veis lo que os decía?? :)"
Esta si que es la pieza que faltaba para la pequeña habitación. 














sábado, 4 de julio de 2015

¿¿Y por qué no transformar unas viejas lámparas??

Un día mi amiga Sara me trajo unas lámparas verdes y blancas que eran las que tenia en su habitación cuando ella era pequeña. Eran unas lámparas chulas pero muy viejecitas aunque estaban muy bien conservadas. Me dijo que si yo podía hacer algo con ellas por que ya las iba a tirar. La verdad es que estaban mas que amortizadas pero, por supuesto, las tenia que dar una nueva oportunidad. Reciclaje, transformación, cambio... ¡Me encanta!
Así eran:
Sarasi, como yo la llamo, es muy, muy divertida. Me gusta verla reir, con sus hoyuelillos en su cara y, además, es un encanto porque siempre se acuerda de mi cuando ve algo relacionado con la restauración o con el reciclaje.
A ella le gustan mucho las manualidades y hace cosas chulísimas pero siempre me dice que con la restauración no se atreve. Y yo sigo animándola por que sé que ella puede hacer lo que quiera! ¡Creatividad!
Lo que mas me gusta de ella es la expresión de su cara cuando le enseño algún trabajo que he terminado. Y ahí es cuando entiendo que tengo que seguir con mi pasión e intentar contagiar a los demás por que es alucinante. ¡¡Y a ella la contagiaré!!
Por todo esto, decidí modernizar sus lámparas para que pudiese seguir utilizándolas, o por lo menos para que decorasen algún espacio especial de su casa.
Las tulipas de las lámparas eran de plástico fino pero  que no estaba roto por ningún sitio así que iba a ser algo muy rápido y sencillo pero a la vez muy muy muy original..
Realmente en esta transformación utilicé una técnica muy chula que sólo requirió tres sencillisimos pasos:

Primero imprimé el pie de la lámpara pequeña y el enganche al techo de la lámpara grande. Un par de manos de imprimación blanca serian suficientes. Utilicé un trocito de espuma para pintarlas en lugar de la paletina.




Antes de continuar, pegué  con adhesivo de contacto los aros de las tulipas por que estaban despegados por algunos lados y habia que dejarlas bien reforzadas antes de empezar con la transformación. 

Para modernizar las tulipas, utilicé un trozo de tela blanca para cada una de ellas. Los empapé en una mezcla de arkil, agua y cola blanca y simplemente empecé a "modelar" a mi gusto. Quería que fuesen lo mas original posible y que el cambio fuese total.
Una vez secaron, las tulipas quedarían muy duritas al tacto y listas para pintar.  
El tercer paso, por tanto, era simplemente darle un toque de color para terminarlo. Yo elegí un spray color plateado para modernizar las tulipas y el resto de las lámparas las pinté con una pintura acrílica color negro satinado.
La pintura de spray seca muy rápido. Apliqué una primera mano y a los 15-20 minutos las rematé con una segunda para aplicar bien la pintura en los recovecos de la tela.
Fijaos qué cambio con tan poquito:

Yo creo que es una buena manera de mantener cosas tan simples y continuar utilizándolas dando un fácil y rápido cambio radical. Por el momento, ¡seguiran iluminando tu vida!
La expresión de tu cara, ¡lo mejor!
¡Disfrutalas Sarasi!
¿Qué os parece el cambio?
 :)